martes, 26 de febrero de 2013

MUELLE DE CARTAGENA

    Desde la antigüedad Cartagena siempre fue reconocida por su fondeadero, un abrigo de navegantes dada su posición protectora contra los vientos, y un buen refugio, dada la casi nula visibilidad de la ensenada desde el mar.
Una embarcación que fuera bordeando la costa, no veria facilmente la ensenada, si no la conocia previamente.
Mapa del SigPac.
    En época romana el muelle estaba aproximadamente en el eje de las actuales calles del Aire y Morería Baja. Y lo que actualmente conocemos como muelle de Alfonso XII, era costa, con las pendientes del Monte de la Concepción hundiendose sobre el mar.
Cartel de 46,5 x 67,5 cms., editado por Museo Arqueológico Municipal de Cartagena.- Cartagena 2.002.-
 Coordinadores Elena Rúiz Valderas y Miguel Martínez Andreu.- Dibujo A. Anglésromana.
Denominaciones por el autor del Blog.
    Con el paso del tiempo y las colmataciones ocasionadas por los aluviones de las ramblas de Benipila y Santa Florentina durante siglos, llegaron a cegar el muelle romano.
    En época medieval, el atraque de barcos se hacia en la zona llamada Arenal, colindante al actual puerto de botes.
    Más tarde, el muelle comercial era muy pequeño, un reducido espigón de piedra que nacía desde la puerta de la muralla que daba al mar, sólo para poder acceder algún que otro barco, para carga y descarga de mercaderías pero no tenia utilidad como amarradero para varias embarcaciones.
    El franciscano cartagenero Gerónimo Hurtado, en 1594 escribió una carta a su superior, dando alabanzas de su tierra natal, y queriendo darle una mejor idea de la excelencia de su bahía, hizo el esbozo adjunto, donde perfila el muelle y su posición frente a la ciudad.

La flecha indica el muelle.
Coloreado por autor Blog.
    A principios del siglo XVII, el municipio tomó conciencia de la necesidad de tener un muelle en condiciones, y favorecer el tráfico de mercancías, con los impuestos consiguientes que podría acarrearle. Encargan al cantero Pedro Milanés la construcción del muelle principal, con su forma en punta de flecha, y la puerta de acceso al mismo desde la muralla.
Archivo de Simancas.
    En la mayoría de planos, antes de iniciarse las obras del Arsenal, el muelle era más bien pequeño, inclusive para la época, la rada era realmente el fondeadero y el trafico de mercancías y personas se hacia por medio de pequeñas embarcaciones.
1634 - Dibujo de Pedro Texeira, donde se aprecia el muelle, y las murallas junto al mar.
   Hubo proyectos en 1670 para hacer un puerto, haciendo la ampliación desde el actual muelle, y proteger a las embarcaciones de los vientos procedentes desde la bocana del puerto.
1670 - Plano con el proyecto de Alfonso Possi en color rojo, que no llegó a realizarse.
Dibujo en el Archivo de Simancas.
    Bernabé de Gaynza, en esta misma fecha, también dibuja la dársena de Cartagena, con el muelle y su característica forma en flecha.
1670 - Plano de Bernabé de Gaynza con la darsena , La Algameca a la izquierda y Escombreras a la derecha
  En mayo de 1744, el ayuntamiento propone reparar el muelle, dado el estado lamentable que tenia su cabeza y alas, proyectando asimismo colocar en su extremo una fuente para las aguadas de los barcos del Rey.

En el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1755, se hacían constar mas de 70 barquillas y botes pequeños que cobraban 15 reales de vellón por porte.

Parte de las Respuestas generales del catastro 1755, relación parcial de las embarcaciones de particulares y sus portes,
según D. Manuel de la Riva, Juez de matriculas y Comisario de Provincia de este departamento.
    Tras la construcción del Arsenal, y las murallas de Carlos III, el muelle siguió siendo pequeño para las embarcaciones comerciales, hay que tener en cuenta que el mar rompía su olas al pie de las murallas de la ciudad, no habiendo sitio adecuado para estar cerca de ellas, por defensa de la ciudad, y la poca profundidad, no siendo adecuada para el paso de embarcaciones dado el peligro de zozobra y de varar.
1770 - Plano de Francisco Llobet. En rojo murallas, en negro proyecto de las nuevas de Carlos III.
Archivo de Simancas.
1786 - Plano donde se observa el muelle con el conjunto cercano de la ciudad.
1776 - Cuadro del pintor cartagenero José María Panisse, donde se aprecia el muelle, las murallas y su puerta.
    Los navíos reales tambien anclaban al amparo del monte Galeras, o en las zonas aledañas al primitivo   muelle.
Decada 1860 barcos engalanados, al fondo el monte Galeras.
    En 1860, para el uso comercial sólo se habia ampliado el antiguo muelle frente a la puerta de la muralla, pero cerrandolo por la parte cercana al Arsenal. Hacia falta, si se queria favorecer la salida y entrada de mercancias del puerto de un nuevo muelle.
1860 - El antiguo muelle del siglo XVII, cerrando una pequeña darsena.
A su izquierda el arsenal si disponia de sitio suficiente para los buques militares.
En rojo recinto amurallado de la ciudad.
186o, foto de J. Laurent, donde aprecia la muralla junto al mar, un poco más al fondo la dársena de bote, y al final de la foto el Arsenal militar, sobresale al fondo en el centro de la foto, el triangulo blanco coronado en negro de la "machina".

Estado actual febrero 2013
Darsena botes y las murallas, castillo de la Concepción en lo alto.
  El 16 de enero de 1874, por medio de una Real Orden, se concedió a Cartagena la autorización para rellenar el mar enfrente de las murallas, y que obtuviera la propiedad de los terrenos ganados al tras la construcción del muelle.
    La Junta de las Obras del Puerto, tuvo un trabajo relevante en este proyecto, consiguiendo que el 24 de febrero de 1877 el rey Alfonso XII, acudiera a Cartagena acompañado de un gran séquito, para inaugurar las obras del muelle comercial, era alcalde por entonces D. Jaime Bosch y Moré.
Noticias en la prensa local: páginas AB
    Fueron años difíciles, y con algunas suspensiones de los trabajos. En 1887 estaba casi finalizado el primer muelle comercial, realmente eran dos, el muelle comercial de Alfonso XII con 557 metros lineales, donde atracaban los grandes barcos comerciales, y el Muelle Alto, junto a la dársena de botes frente a la Puerta del Mar, utilizado por los buques de cabotaje y las barcazas del servicio de transbordadores.

  Uno de los primeros usuarios fueron los baños públicos, el balneario de la Misericordia llegó a ocupar 137 metros del nuevo muelle.
    Se observa el cambio que esto podía proporcionar a la ciudad, un nuevo y amplio espacio, donde un paseo con kioscos, jardines, bares, etc. podría ser el solaz de los cartageneros, con vistas al mar. En cambio, esa primera línea del nuevo muelle, se ocupo con todo tipo de instalaciones portuarias, tinglados, oficinas, grúas, etc. Sólo quedó para poder disfrutar de la visión del mar en el nuevo muelle, el Club de Regatas, de uso privado.
    También dejó de celebrarse en en la plaza de San Francisco la Feria anual que se efectuaba del 25 de julio al 10 de agosto, y se trasladó a partir de 1887 a esta nueva explanada del muelle, y empezó a denominarse Paseo de Alfonso XII.
    Siendo Alcalde de la ciudad D. Francisco Lizana, se autorizó la instalación de pabellones para disfrute de la población. El kiosco del casino proyectado por el arquitecto Oliver en 1900 es un ejemplo; el Pabellón del Circulo Militar era de estilo japonés.

                     

                      
    El pabellón del Casino, instalado en la zona central, era el palco de diversas bandas de música, sextetos de música clásica, etc. así como la banda del regimiento de Cartagena, que eran pagadas por los establecimientos que habían en el Paseo, como el Café Suizo, La Palma Valenciana y otros.
    Era un sitio de paseo habitual y descanso de los cartageneros, sobre todo al ponerse el sol, se encendían las luces del alumbrado, los kioscos hacían sonar las notas de sus orquestas, y todo el lugar era una terraza que hacia de escaparate del ambiente popular de sus habitantes.
    En los días festivos, era tal la afluencia de viandantes, que se llegó a solicitar al Ayuntamiento el permiso para la colocación de sillas, y el cobro pertinente de un alquiler a cada usuario. Uno de los solicitantes fue la Casa de Misericordia.
    Hasta 1904 el muelle comercial era un sitio muy peculiar, el acceso se hacia desde las Puerta del Mar, y los diversos usos festivos que se le dio a este paseo, llegaron a ocasionar interferencias con la función portuaria.

Darsena de botes, a la izquierda antiguo ayuntamiento,
se ven las puertas del muelles a continuación de la muralla.

El derribo de parte de la muralla y las puertas del muelle, da comunicación directa
al puerto con la ciudad.. Al fondo Plaza de las Monjas, actual plaza del ayuntamiento.
A la izqda, en el edificio de planta baja, la placa superior dice "Capitanía del Puerto", la antigua denominación de lo que luego fueron las comandancias de Marina.
   Tras el derribo del tramo de murallas y de las puertas del muelle, con la terminación del nuevo ayuntamiento en 1907, se proyecta demoler el muelle Alto, se inicia la desecación de la dársena de botes, que estaba delante del ayuntamiento, dando lugar a la actual plaza de los Héroes de Cavite, prolongándose al mismo tiempo el muelle en 1911 hacia el Arsenal, donde actualmente se halla el reconstruido Club de Regatas, quedando formado al mismo tiempo la dársena de botes con escalinata embarcadero.
    Antes del arreglo del paseo, los días de lluvia toda aquello se convertia en un lodazal, hasta que el municipio, urbanizó debidamente toda la zona.

1910 - Tras una lluvia.
  El paseo  de Alfonso XII o del muelle, en esta época fue un salón de espectáculo donde se celebraban las fiestas de carnaval, batalla de flores, y también fue solar para espectáculos ambulantes como circos, cines y teatros. Asimismo, dada su extensión, se recibían a las tropas militares venidas por el mar de Cuba, Filipinas o Marruecos, así como las misas de campaña, juras de bandera, etc.

Diciembre 1918
    En la segunda republica, se le denominó Paseo de la Libertad. Tras la guerra civil de 1936-39, empiezan a desaparecer los tinglados frente a la plaza de Heroes de Cavite, dejando un acceso directo desde la calle Mayor al muelle, siendo lugar de atraque por popa de diversas unidades militares.
                                            


    Las décadas del 50-60 y 70, sobre todo los domingos y festivos, el paseo de Alfonso XII con su buen números de bares y merenderos, era paso obligado de los innumerables paseantes, de las parejas de novios, y de la mayoría de los soldados y marineros en su tiempo libre al salair de los cuarteles.
    En la actualidad, ha desaparecido la actividad comercial en este muelle, creándose una dársena para embarcaciones deportivas, y aledaño un muelle de atraque para cruceros de alto porte, originando una nueva entrada de turistas que pueden aliviar económicamente a los comercios y restaurantes de las zonas cercanas al puerto. Y recuperando definitivamente para la ciudad, el puerto que siempre tenia, pero no pudo disfrutar.

Muelle febrero 2013. Foto autor Blog.

A la derecha la muralla, a continuación iría la Puerta del Muelles, demolida a principio del S. XX.
Esta sería la ubicación del antiguo muelle del siglo XVII.
Todo es ahora terreno ganado al mar.

 Bibliografía:
- Diario El Álbum 26-5-1891
- Cartagena 1755, Colección Alcabala del Viento, núm. 47, Ediciones Tabapress, Madrid 1993.
- Archivo de Simancas.
- Historia de las calles de Cartagena, Federico Casal Martínez, Cartagena, 1930.
- Cartagena, miradas y recuerdos. Jerónimo Guilabert Requena. 2009.
- Hemeroteca Archivo Municipal de Cartagena.
- El Atlas del Rey Planeta. Pedro Texeira, 1634
- Cartagena siglo XX. Juan Mediano Duran. 1997.

viernes, 22 de febrero de 2013

GRACIAS

Cuando inicie esta andadura de publicar un Blog, no hubiera imaginado que pudiera llegar a recibir 10.000 visitas en pocos meses.

Sólo puedo dar las gracias a todos y cada uno de los que os habéis acercado a mi pagina, bien sea por curiosidad, porque me seguís, o por mera casualidad.

Espero que durante 2013, pueda seguir con la misma ilusión y poder aportar temas de Cartagena que sean de vuestro interés, que son, por cierto, los artículos más visitados.

Muchas gracias.

Para los interesados en la conferencia del Habla de Cartagena, pronunciada por D. Isidoro Valverde en este enlace teneis la 1ª parte, y desde allí podeis enlazar con las siguientes.

viernes, 15 de febrero de 2013

CALLE FAQUINETO

Hace unos días, estaba escuchando la grabación de una de las conferencia que D. Isidoro Valverde pronunció en Cartagena hace años, era un especialista en hacer comprender a su auditorio el habla de Cartagena. Sobre todo cuando imitaba las voces de alguna de las moradoras de la calle Faquineto, en este caso de La Tomasa, relatando la anécdota ocurrida el 25 de agosto de 1971, día de San Gines, cuando en la plaza del mismo nombre era habitual servir un desayuno a los niños de la vecindad...
Este nombre, Faquineto, con anterioridad me había fascinado, aunque nunca tuve ocasión de indagar cual era su origen. Al escuchar de nuevo, como decía, a nuestro desaparecido cronista oficial, D. Isidoro, intente buscar nuevos datos.
La calle Faquineto, es una cuesta bastante empinada, si no fuera por los escalones que tiene, seria poco más que imposible subir por ella.

Cuando todavia era calle...
Para acceder a ella, lo hacemos desde la plaza de San Gines, continuamos por el inicio de la calle Concepción, y a la izquierda iniciamos la buena subida a Faquineto, que nos lleva directamente al castillo de la Concepción., aunque actualmente esta cerrado el acceso, al estar toda la calle en completa ruina, y sus aceras son solares.
Lo marcado en rosa son actualmente solares.
Es una lástima que, como en otras ciudades, no se conserven las calles tipicas del casco antiguo, y esta era una de ellas...


Estado actual de la calle
Letrero sin calle...

Calle desaparecida y llena de arbustos, farolas sin calle que alumbrar.
Al fondo el Castillo de la Concepción.
Imagino que cuando lloviera, la única salida de las aguas de esta ladera del monte seria esta calle, como si fuera una cascada. Ya en 1612 los vecinos de la plaza de San Gines (donde desembocan las calles antes citadas), se quejaban por el arrastre de tierras que ocasionaban las lluvias, cegando el paso a la cercana calle Pedro Mora, actual calle de San Francisco.
A principios de 1700 la calle se llamaba Subida del Castillo, posteriormente de San Antonio, vivíendo en 1745 un piloto primero de marina, de origen italiano, llamado D. Francisco de Arbós Faquineto.
Federico Casal en su Historia de las calles de Cartagena, indica que en 1756 residía otro individuo llamado Antonio Faquineto. La calle posteriormente tomó este nombre por el apellido de estos residentes tan conocidos en la zona.
En la publicación “El Estado General de la Armada” de 1800, en el apartado de pilotos, aparecen varios marinos con este nombre, y residentes en Cartagena, como el teniente de fragata D. Joseph Faquineto, y los primeros pilotos sin graduación D. Francisco y D. Manuel Faquineto. Puede suponerse que eran familia, y que siguieron el mismo empleo en la milicia.


                            


                            
En el Registro Notarial de la Provincia de Murcia, en el protocolo de D. Ginés Alcaraz Serrano de Cartagena, el 4 de marzo de 1801 aparece el testamento de doña Vicenta Faquineto Mora, mujer de don Lope Núñez.
En varias publicaciones sobre temas de Cartagena, aparece este apellido como de origen italiano, en este caso de Facchinetti, que por su pronunciación Faquineti, supongo acabaría en el actual Faquineto.
Un eminente portador de este apellido fue el cardenal Gian Antonio Facchinetti de Nuce, nombrado el Papa n.º 230 de la Iglesia católica en 1591, con el nombre de Inocencio IX, aunque su pontificado fue muy corto, sólo duró dos meses. Felipe II forzó su nombramiento por medio de los cardenales españoles, intentando así conseguir su apoyo en el futuro, pero no pudo conseguir su deseo por su pronto fallecimiento.
Es curioso una publicación de Ana Labarte de 1987, Apellidos valencianos de origen árabe, donde indica ser el posible origen de este apellido la voz árabe al-faqih (jurisperito, los que indican cargo o condición) de donde derivarían los apellidos Faquinet, Faquineta, Faquinete, Faquineto. Hay referencias de historiadores de la época y en los archivos registrales de ciudades y otros privados, que apareció este apellido inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en el reparto de tierras de Castelló de Xátiva.

Blasón de la pag. Heraldaria.es
 Según otros heraldistas el linaje es muy antiguo, actualmente en Venecia (Italia), es donde más portadores de este apellido se encuentra. Su escudo de armas lleva: En campo de gules, una garza de oro, con las alas abiertas y el pecho herido. Bordura de oro, con ocho panelas de sinople.
El año 1814 debuto en el Coliseo de Cartagena (teatro Principal), la compañía de cómicos dirigida por Simeón Sánchez, y entre los que figuraba el actor cartagenero Agustín Faquineto.
En nuestra provincia, el apellido estaba afincado también en Caravaca de la Cruz. En 1827 nació D. José Mª Faquineto Ródenas, Inspector General del Cuerpo de Ingenieros de Caminos Canales y Puertos, político conservador y diputado a Cortes en 1886, y propició la instalación del telégrafo y el teléfono en su ciudad natal a partir de 1886. Falleció el 4-12-1888, (información en Revista de Obras Públicas de 1889), el municipio de Caravaca dio su nombre a la antigua calle “Nueva”.
En la pasada guerra civil, al inicio de la calle había un refugio antiaéreo, que al no disponer de salida, si hubiera caído una bomba en su entrada podría haber ocasionado una enorme tragedia.
Nueva farola al inicio de la calle, al fondo Plaza de San Ginés.
Bibliografía:
- Apellidos valencianos de origen árabe. Ana Labarte. Madrid 1987.
- Historia de las calles de Cartagena, Federico Casal Martinez, 1930.
- Heraldaria.es.
- Repertorio Heraldico de Caravaca de la Cruz. Jose Antº Melgares Guerrero.1998.
- Estado real de la Armada. Imprenta Real. 1800

martes, 12 de febrero de 2013

CASTILLO DE LOS PATOS

Cuando era pequeño, algunas tardes mi madre solía llevarme al Castillo de los Patos. Tras la subida descansábamos en los poyetes, situados alrededor del estanque donde nadaban estos ánsares. Aprovechaba esta parada para echarles trozos de pan, y reírme con las piruetas que hacían buceando para comérselos.
Nos encontrábamos en el Cerro y castillo de la Concepción, a 69 metros de altura, situada al Sur, la más importantes de las cinco colinas sobre las que se asienta Cartagena, linda con el mar dominando el puerto natural, y es lo primero que se divisa de la ciudad al llegar por mar.

Foto J. Laurent 1860
En los últimos dos mil seiscientos años, aquí se han asentado pueblos y culturas diferentes estableciendo tanto en su cima, como en sus laderas, fortaleza, alcazaba y castillo, para poder defender la plaza ante posibles enemigos. Hay indicios de un castro ibérico en el siglo VI a. de J.C., cuando la población levantada en sus laderas era capital de los mastienos.
Su nombre variaba según sus moradores, por los cretenses o cherronezos en el 545 a. de C., fue llamado Cherronesizus.
Al hacer Asdrúbal la ciudad capital de Iberia, llamandola Qart-Hadast, el cerro fue fortaleza púnica con el nombre de Esmún, dios de la Salud. Cuando un cartaginés enfermaba era llevado al templo, pasaba la noche en el recinto sagrado durmiendo sobre la tierra; dicen que el dios aparecía en sus sueños, dándole consejos para obtener la sanación.
Busto de Esculapio



Los griegos llamaron Asklepio al monte. Los romanos Esculapio, cuando Carthago Nova era capital de una de las provincias de la Hispania romana.
Según el historiador griego Polibio, sobre el cerro se alzaba un templo dedicado al dios Esculapio, “…pero en las partes restantes (se refiere a la ciudad) esta rodeada de colinas, dos altas y escabrosas, y otras tres mucho más bajas, la mayor (cerro de la Concepción) esta al oriente se extiende hasta el mar, y sobre ella se ve el templo de Esculapio…”. (ver descripción)






Ara Pacis
En el siglo XVI se descubrió un altar, el "Ara Pacis", datado en el año 2 d. C., su parte izquierda simboliza la Abundancia y la derecha el Buen Gobierno, parece ser se utilizaba en el culto de Esculapio. Hay una copia realizada en poliuretano, en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena, estando el original expuesto en el Museo Arqueológico de Barcelona, pendiente de un trámite entre las dos Comunidades para la devolución del altar a Cartagena.
En una de las restauraciones realizada en el castillo se descubrió que el primer piso del mismo se había construido reutilizando unas cisternas de factura romana, que podrían corresponder, bien al mencionado templo de Esculapio o a algún tipo de edificación del período bizantino.
El cerro también fue una alcazaba árabe. Se había pensado que la ciudad de Cartagena había prácticamente desaparecido durante la dominación musulmana. Sin embargo, por diversas fuentes árabes se sabe que la ciudad tuvo cierta importancia a partir del siglo X, y especialmente durante el siglo XII.
Es lógico este aspecto, dado que cuando la capital, Murcia, pactó con el rey Alfonso su rendición, Cartagena siguió manteniendo su independencia durante dos años, y tuvo que ser atacada tanto por tierra como por mar, lo cual hace pensar en una apreciable fortificación.
Restos del poblamiento árabe de la ciudad han aparecido en diversas excavaciones realizadas en el casco antiguo, especialmente en las del teatro romano.
Del estudio de algunos torreones y ruinas se ha descubierto que parte de las murallas del actual castillo esconden empotrados, torreones correspondientes a una alcazaba musulmana del siglo XII. De la época árabe queda en pie la Linterna del castillo, que hacía las veces de faro.
Linterna árabe actualmente.
Posteriormente fue castillo medieval. Tras la conquista de Cartagena por Alfonso X el Sabio en 1256, se dispuso a restaurar la antigua sede episcopal de la Diócesis Carthaginensis y fortificar la ciudad con la construcción de un castillo en el punto más alto de la ciudad, donde antes se encontraba la alcazaba.

Península Ibérica en el año 1250
La ciudad se convirtió en ese momento en la única salida de la Corona de Castilla al mar Mediterráneo, que se encontraba encajada entre el reino de Aragón y el Nazarí de Granada. La importancia estratégica del puerto de Cartagena era funda-mental para la política militar del reino.
El rey Alfonso crea en Cartagena la Orden de Santa María de España para la lucha naval contra los musulmanes. Varios desastres marítimos, en los que se perdieron casi todas las naves de la orden hicieron que el rey firmara su disolución. Esto provocó la disminución de la importancia del puerto de Cartagena y, como consecuencia, el castillo queda inacabado.
De todas formas, tanto las murallas como el castillo debían estar en muy mal estado, para que en 1300, el rey Jaime II permitiera establecer una casa de juego en Cartagena, para hacer frente con sus beneficios a las reparaciones.
Se sabe que Sancho Díaz de Bustamante era el alcaide de la fortaleza a finales del siglo XIII, teniendo una guarnición de 40 hombre y un coste anual de 5.000 sueldos (una libra de plata equivalía a 20 sueldos).
Enrique III "El Doliente"
Las ruinas púnicas-romanas-árabes las reconstruyó y remodeló Enrique III "El Doliente", por el año 1.397. Esta reconstrucción del castillo se atribuía a este monarca de Castilla, sin embargo, últimas investigaciones han adelantado su construcción sobre la alcazaba árabe a los tiempos de la Reconquista, en el siglo XIII.
El castillo de Cartagena muestra una disposición muy similar a los castillos de Aledo y Castillo de Lorca con los que comparte algunas marcas de cantero.
La entrada se hacía por un gran arco monumental conocido como Puerta de la Villa o Puerta de Antonelli (construida en el Siglo XVI por Juan Bautista Antonelli de estilo Renacimiento, esta puerta está coronada por el escudo de los Austrias) que daba acceso a todo el recinto amurallado del castillo. Esta puerta se desmontó desde su emplazamiento original, desplazandose hasta el actual, unos 350 metros.

Puerta de la Villa
Dentro del recinto destacaba la torre del homenaje, llamada El Macho, donde estuvo la campana de la vela, que avisaba a la ciudad de algún peligro y repetía las horas que sonaban en el reloj del Concejo. En el Archivo Municipal de Cartagena, hay un documento del 24 de julio de 1601, donde el Cabildo denuncia ante al soberano a Francisco García, teniente nombrado por el Rey, “…porque teniendo a su cargo la campana de la vela no la hacia sonar periódicamente por la noche como lo tenia ordenado Su Majestad…”.
Esta torre estaba construida con grandes sillares de caliza gris del Cabezo Gordo de Torre-Pacheco y travertino rosa de Mula. Son muy frecuentes los sillares y lápidas reaprovechados de edificios romanos, como la gran lápida de Lucio Emilio Recto que sirve de dintel a la entrada de la torre. Algunos historiadores afirman que al torreón del castillo le faltaría una segunda planta completa, lo que habría hecho tener una apariencia final muy similar a la de la torre alfonsina del castillo de Lorca.
Torre del castillo  en la actualidad
Los alcaides de la fortaleza al ser de nombramiento real, con carácter independiente, nunca se llevaron bien con la municipalidad, al excederse en sus atribuciones por representar a la autoridad real y querer frenar cualquier actuación del municipio, que a su entender atentaba contra el Rey. Teniendo frecuentes conflictos y cometer diversos atropellos, siendo el mas sonado el del 8 de abril de 1612, cuando Juan, el hijo del alcalde mayor, licenciado Rodrigo Pérez de Tudela, en compa-ñía de otros niños de su edad fue a visitar el castillo, y estando dentro, lo detuvo el Alcaide Luys de Maeda, poniendolo en prisión y con grilletes, trato inmerecido para un muchacho de 13 años de edad. Fue una venganza, por haber detenido días antes el municipio a dos soldados del castillo que se habían propasado con la espada con el Licenciado Roa (Alcalde Mayor retirado) ocasionando también una herida al vecino Juan Navarro. Por ello fueron detenidos y condenados a pagar tres mil ma-ravedís, que lo hicieron, pero creció la enemistad y el odio en el alcaide, por creer que se habían entrometido en su jurisdicción.
Se hicieron escritos al rey, interviniendo el Marqués de Los Vélez, poniendo al hijo en libertad, dándose mutuas explicaciones Alcaide y Alcalde, pero jamás fueron cordiales las relaciones entre el Municipio y el Castillo
La denominación de Castillo de la Concepción vendría desde finales del s. XVII, según un escrito del alcaide Diego de Vera de 1597, dado que dentro de la fortaleza había una ermita dedicada a la Purísima Concepción de María, por entonces patrona de la ciudad, y el 8 de diciembre se celebraba una romería donde los cartageneros iban a visitarla.
Ubicación fortaleza. Plano de Lorenzo Possi 1669 - Archivo de Simancas
El castillo cada vez iba deteriorándose más, en 1715, se quiso hacer un acuartelamiento dándose instrucciones para este proyecto al arquitecto Toribio Martínez de la Vega, quien solicitó asistencia del teniente Miguel Casal, en el plano adjunto se observa las variaciones que pretendía efectuar, y que finalmente no llegaron a realizarse.

Plano 1715 - Archivo de Simancas

1750 - Detalle dependencias de la torre, para hacer modificaciones como almacen de polvora.
Hasta el ingeniero Sebastián Feringan, hizo un proyecto para la reparación interior del castillo, tras un derrumbe parcial que ocurrió en 1761. En donde explicaba la situación ruinosa de la edificación y sus causas, pero tampoco llegó a efectuarse.
Con la construcción de la muralla de Carlos III y al perder su función defensiva, el castillo entró en decadencia y comenzó un progresivo proceso de ruina. Dada la falta de viviendas y de suelo intramuros para poder edificar, Mateo Vodopich como ingeniero–director de la plaza de Cartagena efectuó en 1784 un proyecto para poder suministrar espacio donde construir “casas de havitación” (sic), Utilizando los terrenos de la parte de mediodía y del norte del cerro de la Concepción. Al poco tiempo se habían ocupado todas las parcelas, el Ministerio de Marina se reservó una para la Escuela de Náutica y Colegio de Guardias Marinas, edificio que ahora ocupa en la Muralla del Mar los Servicios Generales de la Armada.

Desde el barrio de Santa Lucia, se observa el castillo en lo alto del cerro,
y los nuevos edificios del Hospital y Escuela de Guardias Marinas.
José M. Rubio en su obra el Castillo de la Concepción señala “… se estaba produciendo la única conquista del castillo de Cartagena, desde que la llevó a cabo el infante Alfonso en la primavera de 1245…conquista pacifica, de progresiva ocupación de terreno al pie de sus muros, confirmando se perdido valor militar en la defensa de la ciudad…”.
Había un proyecto del Ingeniero D. José de Ordovás en 1798 para el desmonte del cerro hasta llegar a la altura de la iglesia catedral, pero el rey por Real Orden del 2 de agosto de 1804 lo aplazó, hasta que la ciudad pudiera hacerse cargo del costo.

1797 - Plano de José Ordovás, las murallas muy deterioradas
Con las nuevas peticiones de terreno edificable llevaron al Ayuntamiento y a la autoridad militar, plantearse su demolición a principios del siglo XX, y usar sus piedras para la escollera del rompeolas. Curiosa la excusa para este menester: Se evitarían las continuas epidemias de paludismo causadas por la escasa aireación del Almarjal, que provocaba el cerro de la Concepción, al no llegar viento desde el mar.
Afortunadamente el proyecto no se llevó a cabo, durante las décadas siguientes se iban haciendo demoliciones, una de ellas tras el derrocamiento de la reina Isabel II, el entonces arquitecto municipal Carlos Mancha, hace relación de las herramientas recibidas por parte de la Marina y que el Ayuntamiento utilizó para el desmonte del castillo de la Concepción.
Mientras tanto el municipio no era todavía el propietario legal del cerro y del castillo, pese a varias peticiones en 1867 y 1876. Por parte del gobierno en 1892 se propuso al ayuntamiento la permuta del cerro y el castillo, por terrenos en los que estaba interesados el ministerio de la Guerra (propietarios del castillo), al no tener contestación se sacó a subasta pública, pero en ninguna de las convocatorias de subasta se presento ningún licitador, y tras la última, en 1896, la autoridad militar abandono el tema.

A - Castillo con los muros todavia en pie
B - Linterna árabe

Años más tarde se percibe el deterioro, la linterna perdió parte de su almena.
El ayuntamiento tenia decidido recuperar para el municipio el castillo y sus terrenos aledaños, intentando varias acciones, siendo una de ellas el intentar que la propiedad que ostentaba el ministerio de la Guerra, pasase al de Hacienda, y este lo cediese a la ciudad con el fin de un destino de uso público. Tras arduas gestiones el Senado aprobó el 25 de mayo de 1914 una proposición de Ley presentada por el Senador de la provincia de Murcia D. José Maestre sobre “Cesión de terrenos al Ayuntamiento de Cartagena”. 
Detalle en ABC de la sesión del Senado de 2 de junio 1914, y la intervención de D. José Maestre
Siendo publicada la Ley con la firma del Rey en la Gaceta de Madrid del 13 de enero de 1915. Este es el documento original.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera, siendo alcalde D. Alfonso Torres todo el recinto se convirtió en un gran parque público, con jardines, estanques y animales, dirigiendo las obras D. Victor Beltri Roquetas, desapareciendo la lamentable imagen que sus ruinas ofrecían.

Vista general, camino acceso, al fonso el Macho en ruinas.
Estanque con los patos
A distintas alturas se trazaron terrazas allanando las pendientes, siendo el conjunto del parque un mirador sobre el mar y el resto de la ciudad. Todo el conjunto estaba compuesto de balaustradas, pérgolas, columnas, jarrones, estatuas, etc. De resaltar el uso de azulejos en bancos y fuentes poniendo notas de color. El parque tomó el nombre del alcalde promotor, acordado por aclamación en un Pleno celebrado el 25 de agosto de 1927, denominándose “Parque de Alfonso Torres”. Muchos autores critican esta remodelación del castillo, por lo deficiente de la actuación arqueológica, y el desprecio que se tuvo al viejo castillo, indican que sólo queda evidente la construcción de una monumental escalera, que ocultó un frente del cerco interior del castillo, y posiblemente un cubo del mismo. pero éste quedó destruido durante la guerra civil española.

Vista de la escalera "congestionada" de público.

Vista de la escalera, muy deteriorado el conjunto del partque trs la Guerra Civil.
A pesar de esto, el castillo continuó en ruinas
Como el cartagenero casi nunca suele llamar a las cosas por su nombre, en este caso, ni castillo de la Concepción, ni Parque Torres, empezó a llamarlo "Castillo de los Patos".
Con D. Gines Huertas como alcalde se vuelve a remodelar con la construcción del auditorio y la cafetería.

Aunque pasa el tiempo, estamos en 1975, mantienen a los patos en su estanque.

En la actualidad.
 El 18 de enero de 1995 aparecen en la ladera oeste tres torreones medievales durante las labores de limpieza de tierras.
Por fin, con la formación del consorcio Cartagena Puerto de Culturas, se acometió la restauración parcial del castillo, y su torre del homenaje se convirtió en un centro de interpretación de la historia de Cartagena.

Sin escalera, la torre tapada por los pinos.

La torre entre los pinos.
Se elimina la enorme escalera de acceso, para restituir a su imagen original el Macho de la torre.
Por cierto, además de tantas denominaciones también estuvo a punto, con motivo de la sublevación cantonal (1873) de que se llamara Parque de los Cantonales.
Actualmente se puede acceder andando por la Muralla del Mar o utilizando el ascensor panorámico de la calle Gisbert, en este último caso pagando.
Por Decretos del 3 de junio de 1931 y 774/1971 de 1 de Abril 1971 (B.O.E. 20-441971), se declaran Monumentos Historicos al Castillo de la Concepción, la Torre Linterna y la Puerta de Antonelli.
De estas fortalezas tomó Cartagena el núcleo para su escudo de armas: Un castillo sobre un roquedal batido por las olas del mar.


Bibliografia:

- El patrimonio de Cartagena y sus gentes. José Monerri Murcia. Ayto. de Cartage-na 2001.
- Bastitania y Contestania del Reyno de Murcia. D. Juan Lozano Canónigo Sta. Iglesia de Cartagena. 1794.
- Cartagena Ciudad Mediterránea. Manuel Ponce Sánchez. Alsa Grupo. 1998.
- Historia de Cartagena, tomo V, Julio Más, Ediciones Mediterraneo, 1986.
- El Castillo de la Concepción de la Ciudad de Cartagena. José Mª Rubio Paredes. 1995.
- Historia de las calles de Cartagena. Federico Casal Martínez. Imprenta Vda. De Carreño. 1930.
- Cartagena 1874-1936. F. Javier Pérez Rojas. Editora Reg. De Murcia 1986.
- http://www.aforca.org
- http://es.wikipedia.org
- Calles de Cartagena II. Juan Antonio Vizcaíno. Editorial Corbalán, 2009.
- Archivo de Simancas.
- http://www.boe.es/buscar/gazeta.php
- Hemeroteca Archivo Municipal de Cartagena.